domingo, 20 de abril de 2008

Dos batacos bien macizos

Un post poco verboso pero muy sustancioso esta vez. Soy un gran fan de los batacos virtuosos y a últimas fechas, Thomas Pridgen de The Mars Volta se ha convertido en un gran favorito. Me encontré este video donde él y el ex-niño prodigio de la batería (que ha mejorado bastante) Tony Royster Jr. se echan un buen trade-off de solos de bataca sobre un muy buen groove. Espero que tengan 9 minutos, porque este videito los vale.

martes, 15 de abril de 2008

También puede mejorar...



El mentado Coca-Cola Zero Fest tuvo lugar el pasado sábado ante más de 30 mil personas en la curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México. La expectación era muy grande, pues prometía presentar algunas de las mejores propuestas internacionales de tiempos recientes, así como un buen número de agrupaciones mexicanas y sudamericanas en ascenso. Aunque es claro que algunas de las bandas incluídas no fueron las mejores elecciones (¿Belanova? ¿División Minúscula? ¡¿Miranda?!) fueron suficiente para dar una variedd estilística que permitiera a fans de Mars Volta llevar a sus novias fresas a un concierto que disfrutarían. Las bandas internacionales fueron de gran calibre, y como ya lo había dicho en otro post, son perfectamente capaces de vender un buen número de localidades individualmente. Lo que no se sabía es si la organización iba a estar a la altura. Es obvio que en este tipo de eventos se dan ocasionales fallas técnicas, pero el Corona Fest en el que vino NoFx demostró que es posible echarle a perder todo el concierto a la gente poniendo un escenario frágil y no permitiendo tocar a la banda a pesar de haber insistido en hacerlo depués de que esa chafísimia tarima se había roto. Aplausos.

Sin más preámbulo, vamos a lo importante: la crónica y opinion del Rockanroller.




La verdad es que no llegué temprano. Mi novia (que por fortuna no es de las antes mencionadas fresas, por lo que no me tuve que soplar a My Chemical Romance) y yo salimos un poco tarde, pero justo a tiempo para ver el set casi completo de The Faint, una de las mejores propuestas que los promotores se aventuraron a incluir en este festival. Su sonido dance/alternativo puso a los afortunados asistentes a bailar desde el principio hasta el final, con una buena mezcla de material de toda su historia, a pesar de las restricciones de tiempo.

Inmediatamente después iniciaron en un escenario Kinky y en el otro Belanova, así que decidí lanzarme por unas hamburguesas a la zona de comida. La fila era enorme, motivo por el cual al llegar al frente las hamburguesas ya se habían agotado, dejándome con la única opción de adquirir unos sobrepreciadísimos hot-dogs (¡$35 cada uno!). Pero bueno, supongo que cuesta más una comida en un Burger King...



Para cuando terminó la odisea de la comida (que terminó siendo una historia bastante corta de contar pero larga de vivir), alcancé a llegar para disfrutar del set casi completo de una de las mejores bandas en el cartel: My Morning Jacket. La verdad es que no soy el más grande fan de esta banda. He escuchado un par de discos y eso es todo, sin embargo, me parecen una de las bandas más propositivas de la escena alternativa actual, y en vivo demostraron ser capaces de presentar un gran show y tener a un público de pocos miles de personas comiendo de su mano. La variedad estilística de la banda y su buen nivel de performance los llevaron sin duda a ser uno de los mejores moemntos del festival. Lo mejor, sin embargo, aún estaba por venir.



Cuando me enteré que The Mars Volta solo tocaría por alrededor de una hora con quince minutos me decepcioné un poco, aunque seguía emocionado por la idea de poder ver a The Mars Volta después de unos cuantos años, pues no pude asistir al Corona Fest en que se presentaron. La verdad es que una de las principales razones para mi increíble grado de emoción era la idea de por fin ver a la alineación actual, la cual incluye a Thomas Pridgen en la batería. Thomas es uno de los mejores bateristas jovenes de hoy en día y su incursión le ha dado nuevos bríos a la banda, lo cual queda registrado en su nuevo álbum "The Bedlam In Goliath", que se está convirtiendo rápidamente en mi disco favorito de la agrupación.

Su presentación estuvo llena de improvisación, energía, performance y desplantes frenéticos del vocalista Cedric Bixler-Zavala, pero sobre todo sobró la buena música. La banda ha mejorado sus presentaciones en vivo de manera exponencial desde la última vez que había tenido la oprtunidad de asistir a una de ellas y se convirtieron sin duda en los triunfadores de entre una larga lista de bandas que se presentaron en el festival.



Al terminar la presentación de los Volta, casi todos nos apresuramos hacia el otro escenario para ver a los Smashing Pumpkins, que se encontraban ya en su cuarta rola. Tocaron una buena mezcla de temas clásicos, favoritas de los fans y material reciente. La verdad es que después de la ráfaga que fue The Mars Volta, los Pumpkins desliucieron un poco, sin embargo logré disfrutar de su toquín, después de ya casi 10 años de verlos pro primera vez en la gira del Adore.

Tengo que admitirlo, no soy un gran fan de su más reciente disco, pero la canción que se llevó la noche fue con la que cerraron: United States. Una número de rock a medio tiempo con guitarras distorsionadísimas y una de las mejores secciones finales del catálogo de las calabazas.

Al terminar los Pumpkins ya estaba muy cansado, así que decidí regresar inmediatamente a casa sin siquiera pensar en ver a Timo Maas. De cualquier forma, no me agrada mucho.

Algunos días han pasado del concierto y no y no he podido dejar de pensar en lo que decía la voz que acompañaba el video proyectado entre My Morning Jacket y The Mars Volta. Decía que el Coca-Cola Zero Fest era "el primer festival en México como Dios manda". No puedo evitar estar de acuerdo hasta cierto grado. La selección de bandas fue variada y arriesgada con algunas, a la vez que fue segura y contundente con las más populares.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas. La verdad es que por el precio de las entradas me hubiera gustado tener un poco más de tiempo por lo menos de los Smashing Pumpkins, quienes a pesar de ser la banda principal, solo tocaron por aproximadamente una hora y media, aunque suelen tocar sets de más de dos horas, lo cual es especialmente frustrante contando que visitaron Monterrey y Guadalajara como parte de su propia gira, lo cual deja a la Ciudad de México como la única en la que tocaron un set abreviado. De igual manera, la forma en que estuvieron organizados los escenarios no me permitió estar presente durante las tres primeras canciones de los Pumpkins, entre las que estaba Today, una de mis favoritas y Tarantula, que es de lo más rescatable de sú más reciente álbum. También digno de mención es el hecho de que no se contempló suficiente comida ni mercancia oficial para la cantidad de asistentes, provocando que ambas se agotaran o por lo menos escasearan antes de que anocheciera.

En fin. Mucho se puede decir acerca de esta primera edición del festival, y sin duda me quedan ganas de que se repita a futuro. tal parece que los promotores del evento lograron hacer que una idea que era atractiva en papel terminara por no decepcionar en medida importante a casi ninguno de los asistentes. No cabe duda que pudo ser mejor, pero también muestra que ya no tenemos que estar agarrados de festivales mediocres como el Vive Latino ni el Corona Music Fest. Bravo. Ojalá que haya una próxima vez.